Subiendo la colina frente a la Alhambra, el barrio del Albaicín está formado por una red de callejuelas y pequeñas plazas que se abren de repente regalando unas maravillosas vistas de la fortaleza famoso palacio - y de fondo Sierra Nevada.
Fue hogar de ibéricos y una fortaleza romana, y primera vivienda de los moriscos del siglo XI. En los últimos años de la dinastía nazarí, llegó a alcanzar una población de 40.000 y 30 mezquitas.
Después de la reconquista se convirtió en el barrio musulmán de la ciudad, aunque la población entró pronto en declive debido a la expulsión o conversión de los musulmanes por los Reyes Católicos. Pronto los cristianos adinerados se mudaron, la demolición de las casas pequeñas y la creación de lo que se conoció como Carmenes o casas grandes con jardines o huertos. Las mezquitas fueron demolidas y se construyeron iglesias en su lugar. Los restos de los edificios originales todavía se puede vislumbrar como en la iglesia de San Salvador. Otra característica de la arquitectura musulmana es que todavía se pueden encontrar los aljibes o cisternas, subterráneos construidos para el almacenamiento de agua, repartidas por el Albaicín.
Disfrutará de una sensación distinta, parecidad a la del norte de África; el bajo Albaicin ofrece una variedad de salones de té y pequeñas tiendas que venden productos marroquíes. En 2003, el Albaicín superior se convirtió en el hogar de la Mezquita Mayor de Granada, la primera en la ciudad desde 1492.
El Albaicín es, ante todo, un barrio para pasear por sus estrechas calles, disfrutando de pequeños rincones y aromas de los numerosos jardines, Carmenes, y de las espectaculares vistas desde sus terrazas y miradores.
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